Fotoprotección. Por qué utilizarla y tipos.

El sol es fundamental para la vida y tiene efectos positivos sobre el organismo, como por ejemplo, facilitar la síntesis de vitamina D o mejorar el estado de ánimo. Pero, las radiaciones ultravioletas del sol, en especial la A y la B, UVA y UVB, tienen efectos negativos, disminuyen las defensas inmunitarias del organismo, envejecen prematuramente la piel y favorecen la aparición de cáncer cutáneo y de cataratas en los ojos. Los fotoprotectores tienen como función proteger de la exposición del sol para prevenir sus efectos perjudiciales.

Los fotoprotectores o filtros solares pueden ser:

  • Físicos: Su proteccion en la piel se debe a que crean una barrera física que evita que los rayos del sol penetren la misma. Reflejan la radiación solar como si fueran un espejo. Se suelen usar el óxido de zinc, el dióxido de titanio, el carbonato cálcico (mica) y los compuestos de magnesio.
  • Químicos: Absorben la radiación solar transformándola en no dañina. Las sustancias que se usan son derivados del PABA, salicilatos, cinamatos, benzofenonas, bencimidazoles, antralinatos y derivados terpénicos.
  • Biológicos: Son compuestos antioxidantes, que contrarrestan los daños que causan en las células de la piel las radiaciones del sol. Los que más se usan son las vitaminas A y E.
  • Mixtos: Combinan los anteriores, por lo tanto defienden a la piel de varias formas. Son los fotoprotectores ideales.

Los fotoprotectores tienen un número que se usa para clasificar la potencia de los filtros solares que tiene, y se denomina FPS. Este número indica cuanto tiempo un protector solar aumenta la capacidad de defensa natural de la piel antes de llegar a quemarse una persona, usando un producto de protección frente a un eritema o enrojecimiento de la piel previo a la quemadura. Hay muchos métodos para medir el FPS, pero en Europa, y por tanto en España, para unificar su medición se ha creado un sistema que se llama COLIPA. Con este sistema los filtros se clasifican en:

  • Protección baja: 2 – 4 – 6.
  • Protección media: 8 – 10 – 12.
  • Protección alta: 15 – 20 – 25.
  • Protección muy alta: 30 – 40 – 50.
  • Protección ultra: 50+.

Al comprar un filtro solar, éste debe especificar el FPS que tiene y si ha sido asignado por el método COLIPA, también tiene que tener su composición, qué filtros tiene y su textura.

Según la textura, tenemos:

  • Protectores solares en crema: Su textura es la adecuada para pieles secas, ya que tienen una composición más enriquecida. Pueden tener color o no.
  • Protectores solares en emulsión: Tienen una textura más ligera y menos untuosa. Son adecuadas para las pieles mixtas a grasas y pueden tener o no color.
  • Protectores solares en gel: Son texturas muy ligeras, se absorben rápidamente y no aportan grasa a la piel. Son adecuadas para pieles mixtas, grasas o con tendencia acnéica. Existen presentaciones con y sin color.
  • Maquillajes compactos: Son protectores solares y maquillajes compactos, 2 en 1. Generalmente tienen texturas muy cubrientes, adecuados para pieles normales a secas, salvo los productos específicos oil free (libres de grasa), que pueden usarse también en pieles mixtas. Los maquillajes compactos con protección pueden ser  pantallas minerales, en lugar de químicas. Su alta capacidad de cobertura permite proteger las pieles muy dañadas (tras peelings químicos, dermoabrasiones, con cicatrices…) o incluso las muy pigmentadas (melasma, cloasma…).
  • Polvos minerales: Esta textura mucho más novedosa es un polvo mineral, prácticamente incoloro, que crea una pantalla física sobre la superficie de la piel. Puede aplicarse encima del maquillaje. Viene con una brocha incorporada para facilitar su aplicación. Requiere ser reaplicada, como el resto de protectores solares.
  • Aceites protectores solares: Muy adecuados para todo tipo de pieles en un uso corporal. Dejan un sutil brillo satinado sobre la piel, embelleciéndola y protegiéndola. Existen, incluso, para protección muy alta.
  • Leches protectores solares: Son texturas suaves y fáciles de aplicar, a nivel corporal. Se absorben rápidamente y son muy agradables en las pieles normales, o incluso grasas.
  • Sprays y brumas protectores solares: Se aplican con dispositivos especiales que dispersan el contenido de forma muy ligera, a modo de bruma. Existen, incluso, en texturas gel transparente, muy adecuadas para zonas con vello. Las texturas en gel transparente también son muy adecuadas para utilizarlas mientras se realiza alguna actividad deportiva.

También se diferencia entre fotoprotectores waterproof y water-resistant, ambos términos son adecuados para su uso en contacto con el agua:

  • Water-resistant: Resistente al agua, el fotoprotector sigue manteniendo su efecto después de 40 minutos dentro del agua.
  • Waterproof: A prueba de agua, el fotoprotector actúa durante más de 80 minutos tras entrar en contacto con el agua.

Habrá personas que necesiten mayor fotoprotección que otras, en este sentido las pieles se clasifican según su fototipo del I al VI:

  • Fototipo I: Piel muy clara con pecas. Ojos azules. Casi albinos. Con una reacción a la exposición solar de enrojecimiento muy intenso, se quema prácticamente siempre y no se brocea.
  • Fototipo II: Piel clara, habitualmente con pecas. Ojos claros, frecuentemente azules. Pelo rubio o pelirrojo. Con una reacción a la exposición solar de enrojecimiento importante, mucha facilidad para quemarse y bronceado mínimo.
  • Fototipo III: Piel blanca (tipo caucásico), pecas poco frecuentes. Ojos verdes castaños. Pelo rubio-castaño. Con una reacción a la exposición solar de enrojecimiento moderado, quemadura moderada y bronceado gradual.
  • Fototipo IV: Piel mediterránea, habitualmente sin pecas. Ojos castaño oscuros. Pelo castaño oscuro. Con una reacción a la exposición solar de enrojecimiento leve, quemadura más dificultosa y bronceado fácil.
  • Fototipo V: Piel oscura, sin pecas. Pelo y ojos oscuros. Con una reacción a la exposición solar de enrojecimiento muy leve, quemadura muy difícil y bronceado intenso.
  • Fototipo VI: Piel negra sin pecas. Pelo y ojos oscuros. Con una reacción a la exposición solar sin eritema solar, quemadura prácticamente imposible y bronceado negro.

El fotoprotector se debe aplicar:

  • Poner 20-30 minutos antes de la exposición solar.
  • Aplicar una cantidad importante de producto, ser generoso.
  • Poner en todas las zonas de piel que van a quedar expuestas al sol.
  • Aplicar de nuevo en función de su textura y FPS, la hora del día, intensidad del sol, tipo de piel y contacto con el agua. Aunque se aconseja repetirla cada dos horas.
  • No se deben exponer al sol a niños menores de 6 meses, pero si no hay más remedio se pueden usar los fotoprotectores de filtros físicos.

Además, hay una serie de recomendaciones de tipo general, en relación con la exposición solar:

  • Mantenerse a la sombra, especialmente durante el mediodía.
  • Cubrirse la piel con ropa.
  • Utilizar sombrero que permita mantener la cara, cabeza, orejas y cuello a la sombra.
  • Utilizar gafas de sol que protejan tanto del UVA como del UVB.

Autor entrada: Rocío Samper