CEFALEAS

La cefalea es el dolor de cabeza como el dolor localizado por encima de la línea orbitoauricular, sensación dolorosa de intensidad variable, localizada desde la región suboccipital hasta la región orbitaria, pero se incluyen también las algias faciales y cervicales.

Se clasifican en:

  • Primarias; Migrañas, cefalea tensional, cefalea en acúmulos o racimos.
  • Secundarias; Cefalea asociada a traumatismos craneales, a trastornos vasculares craneales o cervicales, a trastornos intracraneales de origen no vascular, a la ingesta o supresión de determinadas sustancias, a infecciones, a trastornos de la homeostasis, a alteraciones del cráneo o faciales, por desordenes psiquiátricos.
  • Neuralgias y otras cefaleas; Dolor facial y neuralgias craneales, cefaleas no clasificadas.

MIGRAÑA.

También conocida como jaqueca es un problema de salud en el que la cefalea es el componente predominante, con episodios recurrentes y fases asintomáticas entre las crisis. De evolución espontánea y remite por sí misma, aun sin tratamiento, suele durar entre 2 y 72 horas.

En la crisis hay dolor de cabeza hemicraneal, pulsátil, de intensidad moderada o severa, y además pueden aparecer:

  • Fotofobia, fonofobia y osmofobia.
  • Náuseas o vómitos.
  • Ansiedad o depresión.

Pueden aparecer síntomas premonitorios de la crisis, como irritabilidad o bostezos. Si el ataque dura más de 3 días de forma continua o únicamente con pausas libres de cefalea de 15 minutos, ha de ir con urgencia al médico. Y se habla de estatus migrañoso.

Existen una serie de factores que predisponen a padecer migraña: Antecedentes familiares, algunos alimentos, aditivos y condimentos (chocolate, marisco, frutos secos, cítricos, quesos fuertes, plátanos, embutidos), el ayuno prolongado, el estrés emocional, la fatiga, la alteración en horarios de sueño tanto por defecto como por exceso, el hambre, factores climáticos, el alcohol, el tabaco, la cafeína, la menstruación, la toma de anticonceptivos orales, etc., siendo el estrés el más frecuente.

CEFALEA TENSIONAL.

Está producida por contracciones musculares craneofaciales. El dolor es opresivo o constrictivo, de intensidad leve o moderada, con predominio holocraneal u occipital, que a veces se expresa como pesadez bifrontal, con dificultad para pensar y concentrarse, no empeora con la actividad física y no se acompaña de trastornos neurológicos ni vegetativos. Puede ser episódica o crónica.

La cefalea de tensión episódica es la más frecuente. Suelen haber antecedentes familiares, y se relaciona con el estrés, la ansiedad o las depresiones. La edad de inicio en antes de los 20 años. El dolor aparece progresivamente y su duración va de 30 minutos a 7 días. El dolor persiste hasta que la persona se duerme, no impide el sueño y puede persistir al levantarse.

La cefalea de tensión crónica con un cuadro de dolor similar a la episódica, pero aparece diaria o casi diariamente. Predomina en mujeres, y en algunos casos existe abuso de utilización de analgésicos, estrés físico o psíquico, ansiedad, depresión, disfunciones de la articulación temporomandibular.

CEFALEA EN RACIMOS.

Es de tipo vascular, con un dolor muy intenso y punzante, detrás o alrededor del ojo, que se irradia al mismo hemicráneo, aunque en posteriores crisis puede afectar al otro lado.

Es de 5 a 7 veces más frecuente en hombres que en mujeres y su edad de inicio es de 20 a 50 años. Su duración va de 15 minutos a 3 horas, generalmente postprandial, por la noche, y aparece en ciclos de 1 a 3 ataques por día que duran de 3 a 8 semanas, con intervalos sin dolor de 14 días o más. Los «racimos» o ciclos de ataques aparecen con frecuencia en primavera y verano y desaparecen bruscamente. Otro síntoma es el estado de agitación psicomotriz que presenta el paciente durante la crisis. No hay náuseas, ni vómitos, ni cansancio posterior.

CEFALEA ASOCIADA A TRAUMATISMO CRANEAL.

Sólo es cefalea postraumática. Suele ser un dolor tensional y puede ir acompañado de ansiedad, irritabilidad, insomnio, depresión y vértigos. Puede aparecer de inmediato o de forma retardada tras semanas o meses.

CEFALEA POR INGESTA O CONTACTO.

Determinados aditivos, como el glutamato sódico, conservantes, como los nitritos, o alimentos ricos en tiramina, serotonina, triptamina o histamina pueden ser responsables de la cefalea.

También se incluyen las cefaleas postexposición a óxido nítrico, a monóxido de carbono, por intoxicación etílica y abuso de cocaína, cannabis u otras drogas.

CEFALEA POR ABUSO DE ANALGÉSICOS.

Se produce por un mal uso de cualquier analgésicos, ya sea en dosis y/o frecuencia.

Su clínica suele ser de cefalea pulsátil, con dolor opresivo acompañado de astenia, náuseas, inquietud, dificultad para concentrarse, trastornos de conducta, alteración del sueño o depresión.

La interrupción brusca de los analgésicos aumenta la intensidad de la cefalea, con dolor abdominal, náuseas, diarreas, insomnio e irritabilidad.

Las posibles causas son:

  • Diagnóstico inadecuado.
  • Insuficientes instrucciones por parte del médico.
  • Aumento del número de fármacos que se consumen en el tratamiento del dolor, de la dosis y/o de la frecuencia de administración.
  • Comportamientos familiares y sociales que favorecen el mal uso de los fármacos.
  • Automedicación no responsable.

Sus características son:

  • Aparece tras el uso cotidiano de la medicación durante al menos 3 meses.
  • El paciente debe tener una dosis que haga sospechar de su abuso.
  • Es crónica; 15 o más días por mes.
  • Desaparece al mes siguiente de retirar la administración de la medicación.

CEFALEA POR SUPRESIÓN DE SUSTANCIAS.

Se produce por la reducción del consumo de cafeína, té, cola o alcohol y algunos medicamentos.

Sus características son:

  • Sucede después de la administración cotidiana de dosis altas de la sustancia durante al menos 3 meses.
  • Aparece en las horas siguientes a la eliminación del producto.
  • Se alivia tras la readministración del producto.
  • Desaparece durante las 2 semanas siguientes a la interrupción de la administración del producto.

DIAGNÓSTICO DE LA CEFALEA.

El diagnóstico médico se basa en tres cosas:

  1. Historia clínica; Es importante conocer los datos que nos ayudarán a reconocer el tipo de cefalea y su etiología, como el sexo, edad, hábitos, antecedentes personales y familiares, la edad de inicio de la cefalea, su evolución y periodicidad. Características del dolor, duración, frecuencia y localización. Síntomas que la acompañan, como náuseas, vómitos o fiebre. Y respuesta ante el tratamiento.
  2. Exploración física general y neurológica; La exploración orienta al profesional sanitario sobre el tipo de cefalea. Dependiendo de los síntomas acompañantes, el tipo de dolor, la edad y los antecedentes pueden ser necesarias diferentes tipos de exploraciones, se citan algunas de las que se emplean más habitualmente: Toma de tensión arterial (hipertensión), signos meníngeos (positivos en meningitis), fondo de ojo (hipertensión endocraneal), exploración de senos paranasales (sinusitis), exploración de la arteria temporal (arteritis de la temporal) y exploración nerológica (hemiparesia, ataxia, disminución del campo visual u otras alteraciones motoras y sensitivas).
  3. Exámenes complementarios; Estudios analíticos (hemograma, VSG y PCR), radiografías de cráneo y columna cervical, tomografía axial computarizada (TAC) o resonancia magnética nuclear (RMN).

TRATAMIENTO DE LA CEFALEA.

El tratamiento es diferente según se trate de una cefalea primaria o secundaria, nos centraremos en el tratamiento de cefaleas primarias ya que las secundarias deben considerarse dentro de la patología en la cual se manifiesta.

El tratamiento de la cefalea primaria se compone de dos grupos de medicamentos:

  1. Analgésicos.
  2. Medicamentos específicos para la fase aguda de la migraña.

El fármaco utilizado debe ser administrado tan pronto se inicie la crisis y en las dosis adecuadas.

La migraña tiene tratamientos farmacológicos preventivos y paliativos específicos.

  1. ANALGÉSICOS: Analgésicos opiáceos, antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y paracetamol. Los analgésicos más utilizados en migraña son el ácido acetilsalicílico, el ibuprofeno y el paracetamol.
    El paracetamol tiene acción analgésica y antitérmica, carente de efectos adversos gastrointestinales. Se emplea solo y asociado a cafeína y/o otros analgésicos (ácido acetilsalicílico, codeína, etc.). Sus efectos analgésico y antipirético son similares a los del ácido acetilsalicílico. Otros AINE usados en el tratamiento de la cefalea son el ibuprofeno y el naproxeno. El empleo de analgésicos opioides no es común y la codeína no se emplea en monoterapia.
  2. MEDICAMENTOS ESPECÍFICOS PARA LA FASE AGUDA DE LA MIGRAÑA: Se cuenta con dos tipos de fármacos cuya efectividad aumenta si, tras su administración, el paciente se recluye a descansar en un lugar alejado de cualquier estímulo sensorial (luz, ruido, olores). Son: ⇒Ergóticos; Con efecto vasoconstrictor. Se emplean solos o asociados, especialmente a cafeína. Por sus efectos adversos, elevado riesgo de desarrollar cefalea de rebote y cefalea crónica diaria y su elevado número de interacciones, hace que no sean fármacos de primera elección. ⇒ Triptanes; Sumatriptán, rizatriptán, zolmitriptán, naratriptán, almotriptán, eletriptán y frovatriptán. El tratamiento óptimo de la migraña de un individuo ha de lograrse a base de ensayo-error, sabiendo que el fallo de un triptán no excluye a otro. Cuando resultan efectivos la recuperación de la actividad es en menos de 2 horas.
  3. MEDICAMENTOS PREVENTIVOS DE LA MIGRAÑA: El tratamiento preventivo pretende disminuir la frecuencia, intensidad y duración de las crisis, así como mejorar la capacidad funcional del paciente. Son susceptibles de recibir el tratamiento profiláctico los pacientes que sufran más de 3 crisis al mes, sin respuesta adecuada a la medicación aguda; los que sufran ataques de intensidad tal que limite de forma muy importante su vida diaria; los que sufran efectos secundarios al tratamiento sintomático; para los que suponga un problema importante la imprevisibilidad de los ataques y de la necesidad de medicación aguda repetitiva. Este tratamiento preventivo debe ser personalizado. Los fármacos utilizados son: Betabloqueantes (propanolol, atenolol, nadolol y metoprolol, los de elección); Bloqueantes de los canales de calcio (verapamilo, flunarizina y nicardipino), deben transcurrir 2 meses para valorar su efectividad; Antidepresivos tricíclicos (amitriptilina, para migraña tensional); Antiserotoninérgicos (metisergida, ciproheptadina y pizotifeno); AINE (naproxeno para migraña menstrual, tomado 3-5 días antes de la menstruación hasta 1-5 días después).

RECOMENDACIONES.

Se debe educar al paciente acerca de los cambios que debe efectuar en su estilo de vida para evitar los factores desencadenantes de su cefalea, el objetivo es disminuir el número de crisis padecidas. Por lo que:

  • Evitar el estrés y esfuerzos físicos, como también la relajación excesiva.
  • Patrón de sueño y de comidas regulares.
  • Evitar los desencadentes de tipo alimentario.
  • Evitar los cambios bruscos de temperatura.
  • Evitar los lugares cerrados con humos y olores fuertes.
  • Controlar el consumo de café, té o cola si se consumen en grandes cantidades.
  • Evitar el consumo de alcohol y de tabaco.

Una vez aparece la cefalea hacer reposo en un ambiente tranquilo, libre de ruidos, sin olores fuertes y con iluminación tenue, para ayudar a la mejoría.

Los masajes, la acupuntura, la osteopatía y la quiropráctica pueden hacer que el paciente sienta mejoría. La acupuntura es la que está dando mejor respuesta en cefaleas de tensión.

Las terapias psicológicas como el biofeedback es la más reconocida en la prevención de la migraña, se basa en técnicas para que el paciente se conozca mejor y controle su estrés, para así evitar que le den las cefaleas.

 

 

Autor entrada: Rocío Samper